Tras una larga batalla de enfermedades asociadas a su edad, la agencia AFP dio a conocer que a los 87 años falleció el director Irvin Keshner, quien se hizo de un nombre en la historia al dirigir la segunda película de la trilogía original de Star Wars, y considerado el mejor film de toda la saga, El Imperio Contraataca. Imprimiendo madurez a las escenas, sacando el jugo al desarrollo de personajes y dándose cuenta de lo que realmente necesitaba el género, el director llevó tanto a la Guerra de las Galaxias como a la ciencia ficción de operas espaciales a su punto más alto. Y pese a que en su momento su decisión no fue apreciada por los críticos, que en su tiempo le dieron una recepción dividida, no hace mucho el director se refirió al legado de la película más popular que dirigió, en medio de la promoción del libro The Making of Star Wars: The Empire Strikes Back. Todo esto en una entrevista con Vanity Fair [vía Cinemablend].
No le he dado mucho crédito a las reseñas de mis películas. Algunas veces están equivocadas, pero no me importa. No he sido un seguidor de cuántos millones mis películas hicieron o no. En este caso [con el Imperio Contraataca], quería que tuviese éxito ya que sabía que George estaba gastando su propio dinero en ella. Pienso que los críticos pensaron que verían una extensión de Star Wars. En otras palabras, querían otra Star Wars. Yo decidí que el potencial era mucho más grande que hacer una repetición. Cuando finalmente acepté el trabajo, sabía que sería una película oscura, con más profundidad de los personajes que en la primera película. Le tomó a los críticos unos pocos años para ponerse al día con la película y verla como un cuento de hadas más que un comic.
Kershner nunca fue un director prolífico. Para la masa, con suerte recordarán que dirigió una película 007 no autorizada con Sean Connery, Nunca Digas Nunca Jamás, además de Robocop 2, película que imprimió un alcance mucho más grande en términos de la original y que es de esas películas ochenteras, leáse Aliens, cuyos efectos prácticos se defienden hasta el día de hoy. Pero más allá de estas dos incursiones, siempre recordaremos a Irvin Kershner como el director que llevó a Star Wars hasta un sitial en el que todo es perdonable. Los resultados de las precuelas nunca dañarán el legado de la batalla de Hoth, la persecución por el campo de asteroides, el entrenamiento con Yoda o el combate en la ciudad sobre las nubes con todo y el legendario ‘yo soy tu padre’.
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