
Los directores argentinos José Celestino Campusano y Sabrina Farji presentaron anoche sus películas "Vikingo" y "Eva & Lola" en la segunda jornada de Pantalla Pinamar 2010, el encuentro de cine nacional y europeo que se realiza en esta ciudad balnearia.
Más allá de las consideraciones que pudo tener el público frente a sus filmes, ambos superan la categoría de simples realizadores al concebir, cada uno a su manera, una forma creativa que supera la descripción de lo previamente escrito en el guión.
"Vikingo" toma personajes de la vida real, motoqueros suburbanos con códigos precisos de conducta enfrentados a un mundo de carencias extremas y su inevitable violencia, en tanto "Eva & Lola" refiere con lirismo el vigente tema de la apropiación de bebés durante la última dictadura militar.
En rueda de prensa, Campusano defendió la categoría de "verdad" que impregna su obra: "La obsesión es que los personajes se compongan con lo que hay. Ellos son así; tratamos de modificar lo mínimo indispensable como para que la historia se cuente".
Porque, añadió, "ellos están muy expuestos, pero ese era el desafío. Yo planteé que fuera así, si no, no lo hago; no íbamos a andar con mediocridades o censuras o subestimaciones, que lo filme otro. A mí no me interesa. Si vamos, vamos al extremo, como corresponde: yo también me expongo".
Dijo que si hay que dejar un testimonio -y "Vikingo" lo es, como antes lo fue "Vil romance", su título anterior- tiene que ser lo más creíble, verosímil y despojado de artificios, "que honestamente detesto".
Respecto del guión, señaló: "Todos hablamos distinto. Yo, la diversidad de diálogo, la defiendo a muerte, el personaje Vikingo no responde como su amigo Aguirre, y entonces, esa agilidad en las réplicas para mí es esencial".
"La palabra abre puertas, cierra otras y genera muertes, así como genera otras cosas hermosas -continuó-, y el tema es que los eligen hablar de determinada forma por vivir como vivieron. Entonces es indispensable que siga en vigencia ese potencial de vida".
El cineasta reconoció influencias del cine neozelandés y australianas que vio en la década del 80, donde encontró "una falta de respeto por los valores estéticos norteamericanos que me sugestionó bastante".
"El tema está en que el contexto social como para desarrollar 'Vikingo' todavía no estaba dado, aunque con el tema de las motos yo estoy desde hace muchísimo, antes que ellos", agregó.
Apuntó que conoció a los protagonistas de "Vikingo" por su documental "Legión" (2006), y para este filme consultó al protagonista "si podía soportar la presencia de Aguirre, a quien conozco desde hace más de 20 años, me dijo que sí y a partir de allí la película fue posible".
Sabrina Farji, por su parte, presentó la comprometida y poética "Eva & Lola", con Celeste Cid, Emme, Claudia Lapacó, Willy Lemos y una sorprendente actuación de Victoria Carreras como la hija de un militar procesista (Jorge D'Elía) desterrada de su hogar por ayudar a una hija de desaparecidos a encontrar su identidad.
"Sé que tengo entre manos una película emotiva, sé que de alguna manera va a contribuir a acercar a personas que no tienen conocimiento con esta temática, que puedan meterse en la historia y querer acercarse; porque lo importante es que contribuya a hacer algo porque todavía quedan muchos argentinos que no saben a qué familia pertenecen", dijo la directora.
Señaló que su filme tiene la intención de dejar al público "con ilusión y con ganas, y saber que la verdad es luminosa y es lo que corresponde, y con cada chico encontrado debería ser festejado a lo grande. Me interesa llegar sobre todo a la gente joven, que no tiene ni idea ni le importa".
Respecto del personaje de Emme, que se resiste a aceptar haber sido apropiada, señaló conocer el caso por haber creado el guión junto a Victoria Grigera Dupuy, trabajadora de Abuelas de Plaza de Mayo y conocedora de la historia real de un personaje similar.
"A través de ese suceso decidí que el personaje de Lola (Emme) fuera como un 'patchwork' de muchos nietos recuperados -contó- y de hecho estuvimos muchas entrevistas de mate y galletitas, y en algunas estuvo Matías, uno de los mellizos Reggiardo Tolosa." Farji recordó que el joven asistió además a varias jornadas de rodaje y acompañó el proyecto y demostró la entereza "de haber recuperado su vida y haberse convertido en el hombre que era, y que uno de ellos estuviera en la filmación a mí me da una gran satisfacción y tranquilidad. De alguna manera, la voz de la película era su voz".
"El personaje de Emme es tal vez el más complejo porque es al que más le cuesta expresar lo que siente, porque tiene un cúmulo de emociones que por un lado desea que exploten y por el otro quiere guardar", comentó.
"Tarda en reaccionar y yo creo que está magistralmente compuesto por ella: hay un momento, en el Parque de la Memoria, que su cara se ilumina y para mí es donde su personaje se humaniza", resumió.Fuente: Yahoo
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