Ante la escasez de brillantez y gracia de las últimas galas de los premios gordos de la industria del cine USA, la A.M.P.A.S., la Academia las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, tira de belleza a reventar para animar el cotarro oscariano. El anuncio de quién será el presentador de la 81 edición de los premios Oscars nos ha dejado con la boca abierta: Hugh Jackman, el flamante ‘hombre más sexy en vida’ nombrado así por People (no es cualquier revistita), será el anfitrión absoluto, el jaranero de la fiesta de la mencionada ceremonia.
Se rompe así con la tradición de tirar de cualquier graciosete de moda que al final dormía al personal, no sé si porque el trabajo le venía grande o porque estaba más apretado que las sardinas enlatadas. Sólo Billy Crystal ha dado la talla en estos eventos. Se opta ahora por cambiar y se elige a un guapo pero versatil actor que puede dar mucho juego al asunto.
Caché seguro que se lleva, aunque la responsabilidad es grande. Precisamente fue el citado magazine, cuando le coronó como uno de los 16 hombres más atractivos del negocio, la que dijo que era una triple amenaza: una estrella que puede cantar, bailar y empuñar un arma.
Así que queda relevado el insufrible Jon Stewart que repitió con la misma sosería en 2008 después de una pésima presentación en el 2006. De Ellen DeGeneres se olvidaron después de ser la anfitriona en el 2007) así como de Whoopi Goldberg y …, y …., ah, y Chris Rock (como si no hubiera existido). Crystal es el único que ha dejado el pabellón alto en estas labores de amenizaje.
Jackman estará como un flan el domingo 22 de febrero en el Teatro Kodak por los millones de personas en todo el mundo que le estarán viendo. El interés televisivo de la gala ha caído a cotas tan bajas que cualquier cosa diferente que haga Hugh, no sé, mover el trasero (bueno, no, … ¿habrá retardo?) subirá la audiencia de tirón.
Fuente: TBDC
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