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jueves, 2 de septiembre de 2010

Abucheos para Schnabel en Venecia por su frustrado apoyo a la causa de la paz en Palestina


Nos las prometíamos muy felices después del debut del miércoles con un film, "Black swan", que si bien no totalmente redondo contenía buenos momentos de cine, y de constatar que en los últimos los grandes festivales te dan el hachazo desde el primer día, cosa que en Venecia no estaba ocurriendo. Pero era una pasajera alucinación. La cruda realidad ha llegado este jueves con un par de notables decepciones, ambas adaptaciones de novelas, especialmente la esperada "Miral", del pintor-cineasta Julian Schnabel, pero también "Norwegian Wood", del vietnamita-francés Tran Anh Hung.

Schnabel, conocido por sus films de alta vocación artística y discutible resultado, como "Basquiat", "Antes que anochezca" o "La escafandra y la mariposa", es de esos judíos intelectuales por suerte bastante alejados del pensamiento oficial israelí, y con cierta mala conciencia por lo que hacen algunos de sus correligionarios, y se vio -dice- obligado a contar una historia palestina "desde el otro lado". Eligió una novela más o menos autobiográfica de la periodista palestina Rula Jebreal (quien ha participado en el guión), para repasar a través de las historias de cuatro mujeres el destino del pueblo palestino desde la creación del estado de Israel, con un orfanato como elemento común.

El personaje central, Miral (espléndida y bellísima Freida Pinto) es una niña que sobrevivó a la masacre de Deir Yassin y es acogida en un orfanato de Jerusalem Este. Seguimos su vida hasta los acuerdos de paz de 1993 en Oslo, contada con voluntarismo pero sin dejar de ceder a lo maniqueo y a las altas aspiraciones creativas que mueven a su director. Lástima que la emoción y la tensión dramática queden de lado, hasta el punto de que dada la gravedad e interés sobre el papel del tema, su patinazo ha sido recibido con abucheos en el Lido.

Schnabel ha dicho que era "fundamental" para él como judío norteamericano contar esta historia con la esperanza de que la reciban "los musulmanes, los judíos, Israel y todo el mundo. Hat que comprender a los palestinos. La película es un testimonio de sus miedos y deseos, que no son muy diferentes de los nuestros".

Tran Anh Hung

El "best seller" nipón "Tokio Blues" ha sido adaptado por el sensible Tran Anh Hung ("El olor de la papaya verde") sin que las dos horas de su película le hayan permitido trasladar a imégenes una novela existencialista con múltiples seguidores no sólo en Japón, sino en todo el mundo. Esta cuenta la historia de un estudiante japonés, Toru Watanabe, en la segunda mitad de los años 60 que ha perdido de forma trágica a su mejor amigo, un trauma que comparte su novia. El cineasta vietnamita afincado en Francia ha decepcionado en la captura del espíritu de un libro que plantea lo efímero de la existencia y la íntima relación de ésta con la muerte y las diversas pérdidas que la pueblan.

El tercer film de la jornada, la producción local "La pecora nera", de y con Ascanio Celestini, nos brindó lo mejor de la jornada. Se trata de la historia de Nicola (interpretado por el propio Celestini), un hombre condenado desde la infancia -por tradición familiar- a la locura, que pasa 35 años en un psiquiátrico, como antes le sucedió a su madre. Huyendo del fácil melodrama, el film retrata la contradicción entre el concepto de libertad y la relativa paz de la que los internos disfrutan tras los muros.

Fuente: Noticine

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