El actor Tony Curtis, que interpretó papeles de galán en la década de 1950 y después se consolidó como estrella del cine en películas como "Sweet Smell of Success" ("Chantaje en Broadway") o "Some Like It Hot" ("Una eva y dos adanes" o "Con faldas y a loco"), ha muerto. Tenía 85 años.
Curtis murió a las 21:25 horas del miércoles en su casa de la zona de Las Vegas de un paro cardíaco, precisó el médico forense Mike Murphy.
El actor, quien se sometió a una cirugía del corazón en 1994 para la aplicación de un "bypass", comenzó su carrera como actor rompecorazones, pero se convirtió después en un intérprete respetado gracias a películas como "The Defiant Ones" ("Fuga en cadena").
"The Defiant Ones" le hizo recibir una nominación al Oscar en 1958 por su interpretación de un racista convicto esposado a un fugitivo negro, Sidney Poitier. Al año siguiente, fue coprotagonista junto a Marilyn Monroe de una de las comedias más aclamadas, "Some Like It Hot" ("Una eva y dos adanes" o "Con faldas y a loco"), de Billy Wilder.
Su primera esposa fue la actriz Janet Leigh, con la que tuvo a una hija, Jamie Leigh Curtis.
Después de superar una batalla contra el alcohol y las drogas, regresó a la televisión y el cine, convirtiéndose también en pintor, con cuadros llegaron a venderse por 20.000 dólares.
"Me queda aún mucho por vivir", dijo el carismático actor a los 60 años.
Curtis actuó en clásicos como "Francis," "I Was a Shoplifter," "No Room for the Groom" ("Prohibido el paso al novio") y "Son of Ali Baba" ("El hijo de Ali Baba").
El actor saltó a la fama con el papel de Sidney Falco en "Sweet Smell of Success" ("Chantaje en Broadway") de 1957, actuando junto a Burt Lancaster.
Le siguieron otras películas de prestigio: "Spartacus" ("Espartaco"), de Stanley Kubrick, "Captain Newman, M.D.", "THe Vikings" "Kings Go Forth," "Operation Petticoat" y "Some Like It Hot".
"The Defiant Ones" ("Fuga en cadena") fue el único filme por el que fue nominado a un Oscar.
"Creo que no tiene nada que ver con buenas o malas actuaciones", dijo el actor al diario The Washington Post en 2002. "Creo que después de una serie de películas que hice en las que creo que debería haber cierto reconocimiento, no hubo nada por parte de la academia".
"Mi felicidad y privilegio es que mi audiencia alrededor del mundo me apoya, así que no necesito a la academia", señaló.
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