viernes, 9 de septiembre de 2011
Cine negro de EEUU y China para despedir una competencia veneciana de palmarés incierto
Venecia cierra la persiana a una edición globalmente positiva en cuanto a calidad de películas e invitados estelares. Dos distintas muestras de cine negro, la norteamericana "Texas Killing Fields", de Ami Cannan Mann, y la china "Duo minhjin" (Vida sin principios), del hongkonés Johnnie To pusieron un digno punto final a diez días de competencia por el León de Oro, cuyo propietario es ahora mismo incierto, con un puñado de títulos que no provocarían demasiadas discusiones.
El certamen italiano se ha beneficiado de una buena cosecha, más que del acierto de su hasta este año director Marco Müller, que las ha visto peores sin duda en su errática trayectoria. Hay -entre los críticos- quien echó en falta una obra maestra redonda, pero sin duda el nivel general fue alto y de ahí que no sobran dedos de una mano para sumar serias candidatas a premio, y ello desde el debut, el pasado día 31, con la cinta de George Clooney "The Ides of march".
El cine europeo ambicioso, de calidad y atractivo comercial, ha brillado con cintas como "Un dios salvaje", de Roman Polanski, y "El topo", de Tomas Alfredson; desde Norteamérica llegaron las estimables "Killer Joe", de William Friedkin y "A dangerous method", del canadiense Cronenberg (con capital europeo sobre todo), además del ya citado drama político de Clooney; la hongkonesa Ann Hui emergió entre la amplia selección oriental con su drama "Tao Jie", y los amantes del cine de autor más extremo disfrutaron con Sokurov y su "Faust". Bastante donde elegir, pues, para el jurado que preside el estadounidense Darren Aronofsky, que este sábado dará a conocer su fallo.
El concurso se cerró este viernes con la correcta "Texas Killing Fields", de la hija del cineasta Michael Mann (productor del film), Ami Cannan, en su segunda realización (debutó hace una década con "Morning", que casi nadie vio). Sam Worthington, el de "Avatar" es el más conocido de sus intérpretes. A partir del hecho real de la existencia, cerca de Houston, de una zona pantanosa donde los asesinos suelen depositar a sus víctimas. El guión, de Don Ferrarone, se reclama basado en hechos reales, pero la verdad es que los cadáveres allí hallados no parecen pertenecer a un único criminal, como sugiere la película.
"Texas Killing Fields" no aporta nada original ni novedoso al género. Está bien realizada y actuada, pero podría ser una buena producción televisiva sin ningún problema, y tal vez no acabe de contar con todas las virtudes que en teoría deberían requerirse para participar en un festival de primer nivel.
Por su parte, Johnnie To, especialista en violentos films de acción, se inspira de la actual crisis económica, sus causas y consecuencias (que no son muy diferentes, la ambición desmedida y la necesidad de acaparar dinero), para su "thriller" negro "Duo minhjin" (Vida sin principios), donde tres muy distintos personajes, todos víctimas de la caída de las bolsas y necesitados con urgencia de hacer "caja", se disputan 5 millones de dólares, botín de un atraco.
To mitiga su natural tendencia a la más gráfica violencia y sazona la película con refrescantes momentos de humor, por lo que logra una cinta entretenida, pero quizás también demasiado ligera para estar en el Lido.
Fuente: Noticine
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