La película "El sueño del perro", escrita y dirigida por Paulo Pécora, abrirá en mayo el ciclo "Nuestros Directores", el primero que se realiza en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Buenos Aires, y en el que también serán proyectadas otras obras poéticas y pictóricas como "La orilla que se abisma", de Gustavo Fontán, y "Samoa", de Ernesto Baca.
Este primer ciclo de cine organizado por la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes ofrecerá "tres películas, tres directores y un mismo espacio que los reúne reivindicando la intención plástica presente en sus filmes", según anunciaron los organizadores.
"El sueño del perro", de Paulo Pécora, "La orilla que se abisma", de Gustavo Fontán, y "Samoa", de Ernesto Baca, se presentarán todos los sábados de mayo en el auditorio del Bellas Artes, ubicado en la avenida Figueroa Alcorta 2280 de la ciudad de Buenos Aires.
El ciclo comenzará el sábado 8 de mayo, a las 19.30, con la proyección del primer largometraje de Pécora, que narra el profundo drama de un periodista (Guillermo Angelelli) que pierde a su familia en un accidente y que trata de rearmar su vida viajando al delta del río Paraná, donde se deja llevar por sus sueños y por su relación con un perro y un niño huérfano.
La semana siguiente, el 15 de mayo, será el turno de "La orilla que se abisma", de Gustavo Fontán, director de "El árbol" y "La Madre", que va al encuentro de la vida del poeta entrerriano Juan L. Ortiz, para quien la cercanía con el río en su provincia natal fue una incesante inspiración.
El 22 de mayo se verá "Samoa", de Ernesto Baca, una suerte de action painting desplegado en el tiempo, a través de la combinación de imágenes únicas, que son el resultado de su experimentación continua con diferentes técnicas artesanales de coloreado y rayado de negativos que logran un profundo universo perceptual y abstracto.
La curadora de la muestra, Débora Giammarini, afirmó que "se trata de tres obras que apuntan a un estado de contemplación que sin embargo no es pasivo, que trabajan las texturas y la paleta de colores con el mismo nivel de detalle que pone en juego un artista plástico frente a su mesa de trabajo".
"Cada una de estas películas propone una atmósfera única y original, subjetiva, a la que invita a sumergirse, una experiencia intransmisible que sólo puede ser vivida en el aquí y ahora de cada proyección", señaló Giammarini.
Y añadió: "En ninguno de los casos se trata de una re producción de los paisajes de la realidad, sino de una recreación, un volver a crear. Espacios y personajes son tomados de un exterior para ser construidos artesanalmente de nuevo desde dentro; se trata en cada una de estas obras, de la manifestación de un mundo, del mundo interior".Fuente: Yahoo
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