El actor británico Gary Oldman (Drácula), quien había abandonado los papeles de sicópata para participar en las sagas de Harry Potter y Batman, recuperó sus virtudes favoritas para interpretar a un villano en El libro de los secretos (The Book of Eli), cinta que protagoniza junto a Denzel Washington.
“Este personaje es como volverse a poner unos viejos zapatos. De alguna manera me había tomado un receso de estos papeles con Harry Potter y Batman. Resulta sobre todo agradable volver (a estos personajes)”, declaró Oldman en entrevista. La película se estrena el viernes en Norteamérica y en marzo en algunos países de América Latina.
Después de su filme de época Desde el Infierno (From hell, 2002), los directores Allen y Albert Hughes pensaron en un futuro postapocalíptico repleto de bandidos rústicos y analfabetos, donde el misterioso Eli (Denzel Washington) mata sin piedad a todos aquellos que se le cruzan en su camino.
Y es que Eli tiene una misión: llevar al “oeste” un antiguo libro del cual no se despega ni un segundo y que lee sin cansancio.
En tanto, Oldman interpreta a Carnegie, un asesino local refinado y culto, obsesionado por los libros, que intenta por todos los medios deshacerse del personaje encarnado por Washington para quedarse con su preciada obra, que termina siendo la Biblia.
Torturado y violento, Oldman retoma la virtudes para interpretar villanos que le dieron fama desde su actuación en State of Grace (1990) hasta el Conde Drácula en Drácula (1992) pasando por el maquiavélico Zorg en El Quinto Elemento (1997).
“Creo que siempre me di a conocer por encarnar a estos tipos al borde del precipicio, al margen de la sociedad, fuera de la ley”, comentó.
Para él, su confrontación con Denzel Washington está construida como en un oeste, con las figuras de un comisario, un vagabundo pasajero, la confrontación, el comisario que encarcela al vagabundo, el tipo que se fuga.
Pero se trata de un oeste que adopta los gustos estilísticos de hoy, con acciones que rememoran escenas entre Matrix y Kill Bill, pero, sobre todo, un oeste explícitamente cristiano, que hace de la Biblia uno de los fundamentos del renacimiento de una humanidad diezmada.
“La Biblia y el cristianismo son más comerciales, más accesibles que si Eli fuera budista”, declaró el actor sobre ese lado de la cinta.
Oldman, que cree en Dios, afirmó sentirse cómodo con el aspecto religioso de la película. Agregó que construyó su personaje como un “ángel caído”. “No fue presentado oficialmente como eso, pero pensé mucho en eso cuando ensayaba el personaje. Pensé que Carnegie fue alguien bueno en el pasado. Sólo se perdió en el camino”
Fuente: Homocinefilus
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