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jueves, 29 de mayo de 2008

Mike Tyson enseña su lado dulce en un documental


Cuando no está dando una paliza a otros sobre la lona, Mike Tyson habla directamente a la cámara en la cinta de James Toback "Tyson" y es difícil no estremecerse.

Más un testimonio que un documental, la cinta es un retrato compasivo de un hombre complejo, consumido por una rabia que aún hierve bajo la superficie.

Los ojos del otrora campeón mundial, devastadores como sus puños en el cuadrilátero, revelan poco, pero sus palabras lo dicen todo. Su franqueza es a veces inconsciente, pero el resultado es una película impactante que atraerá a los seguidores del deporte y a los amantes del mundo de la lucha.

Usando pantallas divididas, doblajes y una mezcla de planos internos y externos, Toback permite al boxeador retratarse como un alma gentil nacida en las duras calles, donde la intimidación constante le obligó a emplear su fuerza bruta para sobrevivir.

Toback enseña la carrera de Tyson: su fama, el dinero y sus títulos. Pero también su caída, incluyendo matrimonios fallidos y la estadía en prisión por el cargo de violación, hasta la pérdida de sus logros y la mayor parte de su dinero.

En cada circunstancia de su vida, Tyson cree ser el inocente. El se transformó en un feroz luchador para evitar ser humillado.

Su matrimonio no resultó porque ambos eran jóvenes. El cargo por violación fue "falso" y la víctima era "una despreciable canalla." Le mordió la oreja a Evander Holyfield debido a que su rival continuamente le daba cabezazos en el ring.

Pero Tyson dice que se aseguró de que sus seis hijos obtuvieran algo de su dinero, encontró el Islam en prisión, y ha estado en rehabilitación. Hoy, explica, su rabia es sólo hacia sí mismo.

"Ya no soy un animal," comentó con su típico agudo ceceo, mirando a la cámara a través de su dramático tatuaje facial Maori.

Por algún motivo, Toback nunca menciona la voz de Tyson, pero no es algo de lo que se le pueda culpar.

Fuente: Yahoo

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