Leo asombrado en Topix que la trilogía de Bourne puede verse esta semana en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MoMA para los amigos. Además el visitante, para que no crea que se ha metido en unos multicines, podrá escuchar y participar en charlas con el director y algún que otro científico neuronal sobre los problemas mentales de nuestro amnésico protagonista.
Y digo yo, si el señor Bourne ha llegado al museo es porque ya se pueden ver allí las obras de Bergman, Tarkovski y Godard si hablamos de cine de autor puro y duro o las de Griffith, Eisenstein y Murnau si buscamos a los pioneros o, si preferimos la obra de jóvenes innovadores, la de Fincher, Nolan o Aronofsky. Es más, si se trata de problemas neuronales las propias películas de estos jóvenes directores bien valdrían una charla. ¡Ojo! que ha mi no me disgusta la trilogía de marras pero es que esto parece un extraño experimento palomitero del prestigioso museo para captar en plan Barrio Sésamo al pueblo llano.
Fuente: Extracine
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