Hay dos hechos que no puedo negar: uno es que el personaje de el Hombre Hormiga, quizás uno de los héroes más absurdamente potentes del universo Marvel (leches, es de los cuasi-imprescindibles en Los Vengadores), nunca me ha parecido minimamente interesante; el otro es que, todo lo poco que me importa ese superhéroe lo compensa frontalmente el desmesurado interés y ferviente devoción que tengo a la figura del director/guionista Edgar Wright.
Wright, con dos películas en su haber, Shaun of the Dead (chanantemente llamada en su versión española como ‘Zombie’s Party’, por mucho que el propio Wright adore la traducción de tres al cuarto) y Hot Fuzz ( ‘Arma Fatal’, sí, vaya tela con los títulos ), ha demostrado ser un habilidoso analista de géneros, haciendo en ambos casos una fina parodia de los tics propios de cada uno, zombies y policiaco, para después hacer un uso serio de las posibilidades de la temática y desmelenarse en dos finales a cada cual más apoteósicos.
El hecho de que Wright se hiciese cargo de la adaptación cinematográfica del Hombre Hormiga era una señal de que merecía la pena estar atento. A día de hoy, y aunque no haya grandes avances en su producción, el inglés se ha desmarcado con unas declaraciones en las que afirma que no sólo sigue el proyecto adelante, sino que él sigue al frente del mismo.
En sus palabras, escribí el primer borrador del guión que, para ser honestos, llevó cerca de 2 años ya que realicé ‘Hot Fuzz’ en medio. Pero hice ese borrador justo antes de la huelga (de guionistas) del año pasado y creo que es de mis favoritos entre todo lo que he escrito. Fue una pasada hacerlo.
Añade, sé que (en Marvel) están muy contentos con lo que he hecho, y en verdad, de la buena, el atractivo que eso tiene para mí es el hecho de que el Hombre Hormiga es considerado ligeramente un héroe de cuarta categoría. La razón de todo, para mí y lo que pretendo, ha sido siempre coger algo que pueda no parecer ‘cool’ en principio y hacerlo que lo sea, y ese es el caso de la policía británica en ‘Hot Fuzz’.Coger aquello que pueda parecer lo menos interesante posible y hacer algo realmente alucinante de ello. Siempre me ha gustado esa premisa.
Cuando era pequeño tenía una reimpresión de ‘El hombre en la colina de las hormigas’, lo que podríamos denominar la primera historia de el Hombre Hormiga, y siempre me fascinó. La mayoría de los films que implican una reducción de los protagonistas hacen que estos estén en peligro y en cambio aquí el que disminuye de tamaño es el que tiene el poder. Más que ser algo terrible, es lo que realmente hace de tu personaje el espía /héroe de acción más duro posible.
Y ahí tenemos el tono del film de Wright. No lo pierdan de vista.
Fuente: Extracine
No hay comentarios:
Publicar un comentario