El Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro levanta hoy el telón con "Taking Woodstock", un tributo a la vida y a la juventud firmado por Ang Lee en el cuadragésimo aniversario del mítico festival de música. El último largometraje del cineasta taiwanés, que ya pasó por los festivales de Cannes y San Sebastián, fue el elegido para inaugurar la undécima edición de la muestra brasileña con su completa y delicada descripción (y para nada ampulosa) del multitudinario y ya legendario Woodstock, celebrado en agosto de 1969 en Estados Unidos.
Lee relata los prolegómenos y todo el proceso de organización de aquel festival, que congregó durante tres días a cientos de miles de jóvenes estadounidenses para escuchar a artistas del calibre de Bob Dylan, Janis Joplin o Jimi Hendrix pedir el fin de la guerra de Vietnam y para embriagarse con un cóctel de sexo, espiritualidad y drogas.
La historia se conduce a través de la perspectiva de Elliot, un joven que hipoteca sus ilusiones para salvar el negocio familiar y que, de la noche a la mañana, altera el destino de sus padres y de todo su pueblo al ofrecer su finca a los organizadores del festival.
La invasión de hippies que arrastra Woodstock arrasa con el tradicional pueblecito pero, con su aliento de vitalidad y de libertad, altera para siempre el rumbo de las vidas de los vecinos del lugarejo en el que se organizó el embrión de todos los festivales modernos.
El propio protagonista no puede escapar de la ola de novedades que trae el festival y, contagiado por su espíritu vivaz, explora nuevas experiencias y comienza a construirse un nuevo camino.
Lee maneja los tiempos y las distancias, logra que el espectador quede inmerso en el ambiente de Woodstock siempre con sutileza, sin grandilocuencia y sin acercarse al escenario, gracias a la música, que envuelve la historia como una esencia, y al montaje, que remite a las películas y series televisivas de los años sesenta y setenta.
Con el tema de Woodstock, Lee aprovecha para hablar de las ganas de vivir, la juventud, la libertad, las drogas y la homosexualidad, un asunto en el que bucea con suma delicadeza, de nuevo, como hizo con "Brokeback Mountain", cinta con la que ganó el Óscar al mejor director en 2006.
El guión de "Taking Woodstock" es una adaptación de la novela homónima Elliot Tiber y Tom Monte, cuya adaptación a la gran pantalla se convirtió en la obsesión del director del también galardonado "Tigre y dragón", que recibió en 2001 el Óscar a la mejor película de habla no inglesa.
A partir de mañana y hasta el próximo 8 de octubre, otras 300 películas procedentes de 60 países seguirán el camino de la última obra de Lee e inundarán de cine las pantallas de decenas de salas de la segunda mayor ciudad brasileña.
Fuente: Yahoo
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