El mundo del cine es curioso, como todos sabemos. Y también curioso es el mundo de los cinéfilos. Y también el de los jurados y los festivales. Qué se le va a hacer. A fin de cuentas, lo que cuenta es el buen cine, no la justicia de los premios, y aunque no tuvimos de lo segundo algo hubo de lo primero. Algunos malos presagios se cumplieron, además del habitual reparto de concesiones.
San Sebastián es una ciudad maravillosa, aunque terriblemente cara también. La gente de aquí es amigable, aunque bastante borde también. Todo tiene su cara y su cruz. El festival está bastante bien organizado y es uno de los más importantes del mundo, pero también es tristemente célebre por los disparates que conforman sus sucesivas entregas de premios. Hubo esta tarde reacciones para todos los gustos cuando se supo lo que habían decidido Cantet y compañía. No, la de Campanella no se llevo nada. Era previsible.
Nada que objetar a la Concha de Oro, pues ‘City of Life and Death’ es una película de rara fuerza narrativa, llena de coraje, dura pero elegante, terrible y conmocionadora. Era una de las dos, la otra era ‘El secreto de sus ojos’, que podía llevarse el máximo galardón sin que los miembros del jurado tuvieran que escapar de la ciudad de incógnito. Ahora bien, es el único acierto pleno de una lista de premios que no hay por donde elegir, porque es un insulto.
Lo más notable, y estúpido, es la concesión de la Concha de Plata al mejor actor a Pablo Pineda, que se interpreta a sí mismo en la ridícula ‘Yo, también’. Este debutante se esfuerza y obtiene momentos de sinceridad incontestable, pero no se puede situar por delante del fenomenal trabajo de Robert Duvall en ‘Get Low’, o de Ricardo Darín en ‘El secreto de sus ojos’. Con esta decisión desprecian todo lo que significa una buena interpretación, por muy loable que sea la de Pineda, que no puede compararse al genio de estos dos gigantes.
Es este un premio de una correción política nauseabunda, que desactiva todo lo que, en teoría, los directores del filme pretendían conseguir (aunque la realidad es justamente la contraria, digan ellos lo que digan), que no era otra cosa que obtener para el colectivo con síndrome de down una igualdad de reconocimiento social. Pero ya se sabe, eso es España, la grande, donde nunca triunfan precisamente los mejores. En cuanto al premio a su compañera Lola Dueñas, se trata de una actriz de talento en un personaje muy menor, y nunca podría considerarse superior a la gran Julianne Moore de ‘Chloe’ o a las actrices protagonistas de la injustamente infravalorada ‘Blessed’.
Pero el disparate continúa cuando observamos que la vieja leyenda de que el cine francés tiene que llevarse algo por narices en este festival se cumple año sí y año también. Algunos le echarán la culpa al presidente del jurado, Laurent Cantet, que puede haber barrido para casa. La verdad es que es la única explicación al Premio Especial para la nefasta ‘Le refuge’, de François Ozon. Ya que la película de Campanella no se alzaba con el mayor galardón, podría haber ganado este. Pero está claro que, teniendo garantizada su distribución y su éxito en medio mundo, el jurado quería impulsar a otras películas, y no a las más interesantes.
Ahora bien, la cima de tanta necedad es la concesión del premio al mejor director al español Javier Rebollo, por la puesta en escena, plúmbea, pagada de sí misma, deprimente, autocomplaciente, espantosa, de su estúpida ‘La mujer sin piano’, que algunos consideran gran cine, pero para quien esto firma es el ejemplo más abyecto de cine de autor. Considerar su trabajo por delante del de Campanella, nuevamente, o el de ‘Blessed’ es un atentando a la razón.
Un poco de sentido común creo que hay en otorgarle la mejor fotografía a ‘City of Life and Death’, así como el premio al mejor guión a ‘Blessed’, con lo que esta pequeña gran película recibe un poco de reconocimiento. Pero ambas decisiones no consiguen maquillar un palmarés de locos, en el que se premia al cine español simplemente por ser español y estar presente ahí, y al peor cine francés porque es lo que se suele hacer.
Termina así la crónica, aunque de manera bastante agridulce, de esta edición del Festival de San Sebastián.
Palmarés Completo:
- Concha de Oro a la mejor película: City of Life and Death de Lu Chan (China).
- Premio Especial del Jurado: Le Refuge de François Ozon (Francia).
- Concha de Plata al mejor director: Javier Rebollo por La Mujer sin Piano (España- Francia).
- Concha de Plata a la mejor actriz: Lola Dueñas por Yo, También (España).
- Concha de Plata al mejor actor: Pablo Pineda por Yo, También (España).
- Premio del Jurado a la mejor fotografía: Cao Yu por City of Life and Death.
Premio Kutxa-Nuevos Directores
- Mejor película: Le Jour Où Dieu Est en Voyage de Philippe Van Leeuw (Bélgica). Mención especial: Together de Matias Armand Jordal (Noruega).
Premio Horizontes
- Mejor película: Gigante de Adrián Biniez (Uruguay). Mención especial: Francia de Israel Adrián Caetano (Argentina).
Premios paralelos
- Premio TCM del público: Precious de Lee Daniels.
- Premio TCM del público a la mejor película europea: Desert Flower de Sherry Hormann (Alemania).
- Premio Gaztea de la Juventud: The Children of Diyarbakir de Miraz Bezar (Turquía-Alemania).
- Premio Otra Mirada de TVE: Precious de Lee Daniels. Mención especial: La Mujer sin Piano de Javier Rebollo.
Premios 5ª Cine en Movimiento
- Mejor película: In the Sands of Babylon de Mohamed Al-Daradji
- Premio Panavision a la película: Segal de Yuval Shani, de la Universidad de Tel Aviv (Israel). La dotación del premio Panavision consiste en 10.000 € (diez mil euros) en equipos de rodaje de Panavision para el siguiente rodaje del director del corto ganador.
- Segundo premio, consistente en una invitación para participar en el Short Film Corner del próximo Festival de Cannes, para:
· Segal de Yuval Shani. Por la manera metafórica en que nos presenta a un personaje libre en contraste con la sociedad en la que se encuentra.
· He Long Chuang Gang (The Opposite Shore) de Ao Shen, de la Academia de Cine de Pekín (China). Por la solidez y la madurez que demuestra el realizador para abordar un tema relacionado con una de las minorías en China.
· L’ Merja (L’Etang) de Azzam El Mehdi, de ESAV (Escuela Superior de las Artes Visuales de Marruecos). Por la poesía y minimalismo con que trata un tema vital y sus resonancias sociales.
- Mención Especial del Presidente del Jurado: A Pehuajó de Catalina Marín, de la Escuela de Cine de Uruguay. Por la sencillez con que expresa la desolación de los sentimientos y de su entorno.
Premios 16ª Cine en Construcción
- Premio Cine en Construcción de la Industria: La Vida Útil, de Federico Veiroj (Uruguay).
- Premio TVE: Norberto Apenas Tarde de Daniel Hendler (Uruguay).
- Premio Casa de América: Rompecabezas de Natalia Smirnoff (Argentina ).
Fuente: Blog de cine
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