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sábado, 12 de julio de 2008

Cuba podría vetar ‘Ché’

¿Será verdad u otra nueva estrategia de marketing?

Uno ya es perro viejo, y cuando observa cómo la gente se deja impresionar por ciertas noticias, pues le sale sin querer la sonrisa socarrona del “anda que no huele esto a promoción engañosa”. Resulta que el director del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de Cuba (el festival de Cuba, vaya), ha afirmado en recientes declaraciones que si la cinta de Steven Soderbergh, tan esperada, sobre el revolucionario más famoso de todos los tiempos, contiene ataques a Castro, será vetada.

De esta forma se podría arruinar el significado simbólico y el homenaje a tan controvertida figura (para unos un tirano y un genocida, para otros un adalid de la libertad…) que tendría el estreno en el festival de la isla de tan importante título, que como todos sabemos estará dividido en dos partes.

Lo cierto es que a poco que se observen los hechos con algo de espíritu crítico, la noticia resulta sospechosa. Alfredo Guevara, el director del festival (también lo de su apellido tiene guasa), no ha visto la película. O nos toman por tontos o ésto parece un diálogo de besugos. El productor de la cinta, Álvaro Longoria, dice que “sería muy extraño que resultara prohibida”. Pero el director del festival prácticamente insulta o menosprecia a Soderbergh cuando responde que “Soderbergh ha podido confundirse con tantas fuentes de información”.

Me parece escandaloso que Guevara enjuicie la película sin haberla visto antes, y que dé por hecho el error interpretativo del director. Estamos de acuerdo en que quizá un norteamericano no sea precisamente el tipo adecuado (aún alguien del talento probado de Soderbergh) para llevar a buen puerto esta historia evitando las manipulaciones de los historiadores, para ofrecer algo realmente esclarecedor. Pero antes de atacar habrá que disponer de toda la información.

Como dice cierto personaje en Strange Days (frase que suscribo plenamente…qué raro que no me guste nada The Matrix, ¿verdad?): “la cuestión no es si estás paranoico, la cuestión es si estás lo bastante paranoico”. Especulemos un poco, dándonos de la mano con la paranoia:

  1. Esta película ha visto retrasado su estreno, y nadie ha explicado por qué. Generalmente cuando una película retrasa su estreno es que algo huele a podrido en Dinamarca. O el montaje no ha convencido a sus responsables o no saben bien como venderla, o no se sienten seguros, en definitiva, de su capacidad de arrastre popular.

  2. Su estreno en Cannes se ha saldado con un pobre resultado crítico. Y el premio interpretativo para Benicio del Toro más que ayudar, ha sido contraproducente, ya que no han sido pocas las voces que aunque le reconocen su mérito, consideran exagerada esa distinción.

  3. Su estreno en dos partes, en principio una estrategia lógica dada la complejidad del personaje y el deseo de Soderbergh de contar la historia de la forma más prolija posible, compromete seriamente su resultado comercial. No hay nada escrito en leyes de mercado, pero ésta es una producción más ambiciosa (comercialmente) que por ejemplo Kill Bill. Y bastante más cara.

Conclusión: quizá para curarse en salud, los productores y responsables del marketing del filme, ante el estreno de diciembre en el susodicho festival, han decidido montar cierta polémica, que siempre viene bien. Los cronistas de Cannes nos contaban que la película había dejado frío a casi todo el mundo. Y eso, teniendo en cuenta el personaje protagonista, es ciertamente lo peor que podían decir. Es necesaria la polémica. Y ahora que ha coincido que Fidel comienza a dar señales de no estar en condiciones físicas de dar polémica (aunque sigue mandando en la sombra, como todos sospechamos), pues no debería sorprendernos que a finales de año tengamos más polémicas en torno a su estreno, y provenientes de Estados Unidos, para asegurarse que el filme está en boca de todos.

Fuente: Extracine

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