Otra novela de Philip K. Dick al cine

Victor Kubicek y Derek Anderson, cofundadores de The Halcyon Company, productora responsable de “Terminator Salvation”, consiguieron en 2007 los derechos de autor de los libros de ciencia ficción escritos por Philip K. Dick. “Flow My Tears, the Policeman Said” ha sido elegida por ambos productores para ser la primera de las obras de Dick que se adaptarán a la gran pantalla.

Ambientado en un mundo futurista y distópico, “Flow My Tears, the Policeman Said” es un relato sobre una celebridad que se despierta tras un intento de asesinato y descubre que nadie ha oído hablar jamás de él.

Las obras de Dick han servido de base para muchas películas, como “Blade Runner”, “Desafío total”, “Minority Report” o “A scanner darkly”, las cuales han recaudado juntas en taquilla, por todo el mundo, más de un billón de dólares. Vamos, que este autor ya fallecido es un auténtico filón para las productoras de cine. Veremos qué tal este nuevo proyecto.

Fuente: Extracine

‘Waltz with Bashir’, sueños de destrucción y muerte

En Cannes 2008 hubo una cinta israelí que llamó poderosamente la atención por su envoltorio formal, cautivó por lo potente de su relato y sorprendió al no incluirse en el palmarés oficial del festival. Esa cinta era Waltz with Bashir, una película documental que combina la rotoanimación ya usada por Linklater en cintas como Waking Life o A Scanner Darkly con un relato real contado con rigor y realismo, por mucho que esto pudiera parecer contrario al tono visual que se le impone a la cinta.

La película de Ari Folman no estará nominada en los próximos Oscars, al escaparse por las rendijas de las nuevas normas de pre-clasificación de la Academia, pero su rompedora imagen esperamos suponga un atractivo par audiencias no acostumbradas a adentrarse en el poco general territorio documental, al de animación o las películas extranjeras. Es toda una combinación explosiva, puesto que todos los 3 grupos sufren la lacra de ciertos prejuicios de los que no tienen culpa.

La película es una reflexión sobre el papel de Israel en la matanza de palestinos en Sabra y Chatila, pleno Líbano, que tuvo lugar en 1982, una cinta no política en palabras del director, sino únicamente la historia personal de unos soldados, contado desde ese particular formato puesto que era la única forma de contar sueños, recuerdos, alucinaciones y subconsciente, la memoria perdida, de dónde se fueron nuestros recuerdos, dice.

Una propuesta no exenta de polémica pero que, a juicio de los críticos que la han podido degustar en los festivales por donde pasa, es un triunfo, una imagen vívida y cruda de la guerra interior del hombre, con un recubrimiento musical que combina new-age y música clásica en una auténtica experiencia, comprueben:

Fuente: Extracine