Finales de año supone que las películas con pretensiones de oscarización empiecen a lucir sus galones con sendos pósters promocionales en los que se exalten sus virtudes artísticas y cuan relevantes son para ti como ser humano. No llegaremos a afirmar hasta ese punto, pero siempre es interesante ir ajustando títulos que se hacen necesarios de ver para tener conversación en las tertulias amiguiles.
Nos llegan, vía británica, los llamados quads, que vienen a ser carteles promocionales sin formato póster convencional, es decir, son más anchos que largos (normalmente), y prima el texto sobre la imagen. De algunos títulos hemos hablado, de otros no, y del último poco hablaremos, pero siempre está bien poner un poco de contraste.
The Wrestler, de Darren Aronofsky, nos cuenta el ocaso de una antigua estrella de lucha libre, que intente retomar las riendas de su vida, haciendo las paces con su profesión, su hija y su amor, tanto propio como externo. Ganadora del León de Oro en Venecia 2008 tiene la actuación de su protagonista, Mickey Rourke, como bandera de guerra.
The Reader, de Stephen Daldry, habla sobre amores prohibidos de juventud y consecuencias morales en la historia de un chico que entabla un romance con una mujer mayor que él en la Alemania pre-II Guerra Mundial, y como, mucho tiempo tras acabar abruptamente, la reencuentra en un juicio en el que ella tendrá que responder por crímenes de guerra. La actuación de Kate Winslet, la dirección de Daldry y el guión de David Hare convencen donde van.
Doubt, de John Patrick Shanley, se centra en la polémica desatada en un colegio religioso americano en 1964 cuando un sacerdote es acusado por una monja de haber abusado de un estudiante negro. Religión, moralidad y autoridad colisionarán sin remedio. Un afilado guión, potentes principales y una secundaria que suena arrebatadora, Viola Davis, van en la frente.
Slumdog Millionare, de Danny Boyle, nos cuenta como un chico de un barrio marginal de la india compite en la versión de su país del concurso televisivo Quien quiere ser millonario, y la emocionante historia que le lleva a ganar, no dinero, sino ilusiones y un corazón muy especial. El mágico optimismo de su guión y la dirección enérgica, vigorosa y potente del siempre interesante Danny Boyle la hacen digna de tener muy en cuenta.
Y para cambiar totalmente de tercio, pero lo que se dice radicalmente, tenemos el primer póster de la cuarta entrega de A todo gas, Fast & Furious que va de…. bueno, que demonios, a quién le importa. Coches, tunning y los protas de la primera entrega. A nadie le importa quien la dirige ni la escribe. No recibirá una nominación a nada de nada, quizás a los razzies si se lo curran, pero recaudará más en taquilla que todas las anteriores juntas.
El cine es así.
Fuente: Extracine
