El mundo del cine es curioso, como todos sabemos. Y también curioso es el mundo de los cinéfilos. Y también el de los jurados y los festivales. Qué se le va a hacer. A fin de cuentas, lo que cuenta es el buen cine, no la justicia de los premios, y aunque no tuvimos de lo segundo algo hubo de lo primero. Algunos malos presagios se cumplieron, además del habitual reparto de concesiones.
San Sebastián es una ciudad maravillosa, aunque terriblemente cara también. La gente de aquí es amigable, aunque bastante borde también. Todo tiene su cara y su cruz. El festival está bastante bien organizado y es uno de los más importantes del mundo, pero también es tristemente célebre por los disparates que conforman sus sucesivas entregas de premios. Hubo esta tarde reacciones para todos los gustos cuando se supo lo que habían decidido Cantet y compañía. No, la de Campanella no se llevo nada. Era previsible.