Normalmente no me detengo a hablar de política relacionada con el cine —sinceramente no me creo plenamente capacitada para ello, no para un análisis muy profundo—. En esta ocasión me aventuraré a tocar el tema puesto que resultan fascinantes los comentarios que dieron grupos políticos, medios de comunicación y mandatarios con respecto a la producción de James Cameron, “Avatar“. Es un tema obligado por el impacto que ha tenido en diversos aspectos, además de los “interesantes” puntos de vista que se comparten.
De la primera postura que tuve conocimiento fue la que encontré en RT sobre un grupo de comunistas de San Petersburgo y la región de Leningrado, Rusia. Yendo de acuerdo con su ideal anti-capitalista piden que se prohíba la obra de Cameron por creerla una justificación al premio Nobel que se le otorgó al presidente estadounidense Barack Obama. Una interpretación forzada a mi parecer aunque hay un punto que rescatar.
El argumento del grupo ruso se basa en recientes declaraciones de del autor clásico de ciencia ficción Boris Stragatsky, uno de los autores que firma la novela “Noon: 22nd Century“. Stargatsky sostiene que Pandora, el nombre y concepto del planeta selvático, se tomó de una de las historias del libro mencionado. La interpretación que dan, por lo cual están molestos, es el atrevimiento de Cameron al tomar parte de una obra de ciencia ficción soviética para crear una película de propaganda sin sentido.
Hay que destacar que la película inició con su primera etapa de producción hace cuatro años, ante de la era Obama, además de que llevaba en desarrollo varios años. Sobre el concepto de Pandora, el que sugiere fue tomado, no me extraña ya que Cameron no nos cuenta una historia original —eso nos queda más claro con las referencias a “Pocahontas“, por ejemplo. Cameron no se caracteriza por ser un gran narrador de historias, sino por adornar técnicamente un largometraje que haga impactante la experiencia.
Más o menos es la línea que sostiene la prensa del Vaticano, calificando la narrativa de Cameron como sosa. Profundiza más mencionando que contiene gran cantidad de pasmosa y encantadora tecnología que sobresalen ante las emociones humanas. Remata añadiendo que impulsa al culto de la “nueva pseudo-doctrina” creada y reforzada mediáticamente, el ecologismo. Es conocida la tendencia a verde, la preocupación por el planeta; no por ello comparto su argumento, cuando consideran que se ha generado la idea del ecologismo como la religión del nuevo milenio. Exagerado.
Y bajo esa lectura ecológica es que el presidente de Bolivia, Evo Morales, se siente identificado. Morales que la producción es “una profunda muestra de la resistencia al capitalismo y la lucha por la defensa de la naturaleza“, declaración dispar a la dada por los rusos. Hay que recordar que Morales fue nombrado el año pasado por la ONU como ”Héroe Mundial de la Madre Tierra”.
Definitivamente la película de Cameron estaba destinada a impactarnos. Habrá sido por sus características técnicas o porque movió las fibras de algunos con sus personajes. Lo cierto es que no debemos de pasar por alto el contexto sociopolítico en el que se estrena la pieza cinematográfica, observando detenidamente como los diferentes grupos de poder aprovechan su popularidad actual para exponer una postura y, con ello, mantenerse vigente en los medios. Este fenómeno, más su desempeño en taquilla, es lo que me atrae de “Avatar“.
Ustedes, ¿qué opinan ante las declaraciones mencionadas?
Fuente: Extracine
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