Digamos, por ejemplo, los pechos de Kate Winslet en Titanic. Fuera, cortados (es un decir). Pero no, no es broma, esa escena fue eliminada de la versión que vieron los mormones que compraran la pelicula a Clean Flicks. El negocio movía bastante dinero. Y acabó fastidiando a los estudios de Hollywood, no estaban muy contentos con esto de que toquetearan sus peliculas, recortando cosas aquí y allí, y de que un tercero se llevara parte de los ingresos. Los de Clean Flicks tuvieron la brillante idea de demandar a directores como Steven Spielberg o Martin Scorsese para tratar de conseguir el derecho a editar sus peliculas... Como era de esperar, la industria ganó la batalla y la mayoría de estas empresas tuvo que cerrar o reinventarse: ahora simplemente ofrecen un catálogo de peliculas "limpias", no las editan, las seleccionan para las familias que no quieren sexo o violencia en su TV. Pero la saga no terminó ahí. Lo más curioso vino después, cuando arrestaron a los dueños de la empresa, de Clean Flix, por tener sexo con menores. Bueno, más bien ambos se idearon que eran productores de cine porno para convencer a dos niñas de 14 años de... de eso, de mantener relaciones sexuales. Muy coherente. De lo más limpio. Pero eso, por muy llamativo que sea, es una nota a pie de página. Todo esto lo cuento porque... a) Me alucina que haya una masa de gente dispuesta a pagar porque le censuren las películas. Que no las vean, y punto, si tanto les molesta. b) Alguien ha tenido la estupenda idea de contar todo este proceso en un documental. CleanFlix se estrenará en el próximo Festival de Cine de Toronto. Los directores de CleanFlix son Andrew James y Joshua Ligairi.
+ Info en http://blog.cleanflixthemovie.com/
En cuanto llegue el trailer, prometen que será en breve, lo publicaré.
Fuente: TCM
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