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Dentro del Congreso de la Federación Internacional de Archivos de Films (FIAF) celebrado en Buenos Aires, se presentó la restauración de La revolución de Mayo (1909), considerado el primer film argumental rodado en la Argentina. Las particularidades de la tarea fueron explicitadas en un ameno y didáctico documental que se proyectó junto al film. |
En 1908 Francia intentaba la primera aproximación al cine como arte, para alejarlo del mero espectáculo de feria. Era con El asesinato del Duque de Guise que, para más datos, contaba con música original compuesta por el septuagenario Camille Saint-Saëns. A la postre, esta composición sería considerada la primera partitura musical especialmente elaborada para un film, que en ese caso fue expresamente solicitada por su director, el francés André Calmettes.
El film remitía a un suceso histórico de gran relevancia como fue el asesinato de Enrique I, entonces Duque de Guisa, quien fue una figura clave en las Guerras de Religión de la segunda mitad del siglo XVI. Esta aproximación, y el sumar por esos años a la reputada actriz teatral Sarah Bernhardt al cine, fueron determinantes para que el cine comenzara a ser asumido dentro de sus máximas posibilidades creadoras.
La restauración permitió vislumbrar al sujeto que sostiene el telón en el extremo derecho de cuadro
Argentina, uno de los primeros países en experimentar de manera directa con el cinematógrafo, no sería la excepción y ya en 1909, gracias a la pionera labor de un italiano de tan sólo 30 años, Mario Gallo, se comenzaría a pensar en elaboraciones históricas muy probablemente en sintonía con el Film D'Art francés. En visperas del Centenario de la Revolución de Mayo, anota Domingo Di Nubila, que Gallo rodó La creación del himno nacional, con Eliseo Gutiérrez como Vicente Lopez y Planes. Especialmente necesarias en un país que debía forjar su construcción republicana como así también su ideario, el cine del primitivo mudo argentino contribuyó de manera mucho más contundente a pensar las "ficciones orientadoras" que son las determinantes a la hora de darle a los individuos un sentimiento de nación, identidad colectiva y destino nacional. Gallo también realizaría El fusilamiento de Dorrego, con figuras del teatro local un poco al estilo de aquél señero film francés protagonizado por actores de la Comédie Francaise. La revolución de Mayo tuvo estreno el 22 de Mayo de 1909 en el teatro Ateneo, de la esquina de Corrientes y Maipú. De carácter intuitivo, el cine de Mario Gallo presentaba elementos que hoy pueden resultar risueños, pero -sin embargo- edificaron la tradición argumental de la cinematografía nacional. Muchas de esas escenas de puro amateurismo técnico, son observadas con insospechada precisión en la copia que el 65 Congreso de la Fiaf presentó, logro de Cinecolor Argentina a partir de la copia conservada por la Cinemateca Argentina.
Originariamente rodada en soporte nitrato de 35mm, y por ende altamente inflamable, la copia fue transferida a un soporte 16mm en 1955 por José Vigévano a instancias del coleccionista Enrique Bouchard. La copia original, propiedad de Pascual Moles, por un milagro no sucumbió con las otras películas que poseía este coleccionista y que arrasaron las llamas de un voraz incendio.
Con inexactitud histórica, pero fervor patriótico, San Martín estaba presente en la mirada de Mario Gallo
"Se reparó físicamente para poder ser escaneado en el Scanner Northlight a 2k 10 bits logarítmico", cuenta el coordinador del área de Intermedio Digital Víctor Vasini, y agrega: "Con la data escaneada dividimos el material en dos grupos: La imagen por un lado, que se estabilizó en el Inferno a cargo de Davide Lovetro y luego en el Departamento de restauración en el Diamant a cargo de Milagros Cimadevilla, Juani Bousquet y Maria Victoria Mateu, en donde se arreglaron los cuadros dañados, se limpio y se elimino el flickeo". Una de las maravillas de este trabajo es que la copia no presenta los saltos, merced a las innumerables huellas del tiempo, y tampoco la falta de estabilidad que se debía a diversos factores: ser rodada a una velocidad inferior de cuadros por segundo y, fundamentalmente, a manivela. Por otro lado las placas se restauraron y rearmaron usando como base los originales para reemplazar las letras dañadas o inexistentes, tarea que demandó varias jornadas a Paula Nuñez, que contó con la asistencia de Leonardo Quartieri. Una vez restauradas las placas y la imagen, se dosificó la misma para emparejar las diferencias de luminancia y contrastes de los distintos planos del cortometraje, donde tuvieron vital importancia las determinaciones de Beto Acevedo (gerente cinematográfico de la firma), Mario Zambrino (gerente técnico) y su equipo, a cargo de Susana González (jefa de preparación del material). Pasada al Área de Digital Recording a cargo de Victor Vasini, en el Arri Laser se imprimieron 2 negativos, uno para que pueda ser proyectado en una sala comercial (cuyas ventanillas de proyección consideran la banda sonora por lo que el fotograma de proyección se reduce), y otro que respeta el formato original de captura, esto quiere decir 35mm con la imagen en el total de la película, de perforación a perforación, en formato 1.37:1 así respetando el nitrato original capturado por Mario Gallo en 1909. En Italia, dentro del Festival de Cine de Bologna, será presentada al público en fílmico -por primera vez- la versión restaurada que permite hilvanar los caminos del complejo mundo de los pioneros del arte que terminó cambiando la mirada del hombre del siglo XX. Y que, muy probablemente, seguirá transformándola.
Copia sin restaurar de La revolución de Mayo tal como la emitió el canal cultural Encuentro
Fuente: ElCine
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