El "corralito" financiero que sufrieron los argentinos en 2001 con la retención de millonarios depósitos bancarios a raíz de la mayor crisis de la historia de sus país llega a la gran pantalla en "Verano amargo", un filme de Juan Carlos Desanzo.
La película, cuyo rodaje se lleva a cabo hasta fin de mes en una localidad del centro-oeste de Argentina, está dedicada a las víctimas de la crisis financiera global y ha sido definida por sus creadores como "una alegoría, un cuento de esperanza, de solidaridad, de amistad, de familia y de supervivencia".
Éstos son los valores en alza que pretenden realzar en "Verano Amargo", destinado difundir la pesadilla financiera que vivió Argentina y que creen que se asimila a la que hoy en día está viviendo el mundo entero.
La meta de Desanzo es, en sus propias palabras, "recrear esta historia que, más allá de lo absolutamente dramática que es, tiene una alta carga poética dado el comportamiento de los personajes que la integran, cuyos comportamientos quedarán indeleblemente instalados en el corazón de los espectadores".
El filme pretende dar a conocer que, después de lo ocurrido en la crisis de 2001, "las condiciones políticas, económicas y sociales han continuado su decadencia de un modo brutal".
A comienzos de diciembre de 2001, el Gobierno de Fernando De la Rúa restringió la retirada de fondos de los bancos para paliar una severa crisis económica, con lo cual agudizó la irritación popular que desembocó con su renuncia, el 20 de ese mes, en medio de disturbios que dejaron una treintena de muertos.
A fines del 2001, el Parlamento declaró la mora de deudas soberanas por 102.000 millones de dólares, el mayor cese de pagos de la historia financiera, y eligió jefe del Estado a Eduardo Duhalde, quien congeló millonarios depósitos bancarios para frenar la fuga de capitales.
Duhalde sostuvo en su libro "Memorias del infierno" que era "imposible" levantar el "corralito" financiero, que congeló el equivalente a varios miles de millones de dólares, el motivo de múltiples demandas contra el Estado, que tardó cuatro años en devolver los fondos.
"Actualmente la situación del pueblo argentino se ha vuelto absolutamente precaria y con pocas esperanzas de mejoría", un deterioro que bajo su punto de vista "está causando incalculables estragos en la moral del pueblo argentino", sostiene Desanzo.
El productor y co-guionista del filme, Julio Bove, aseguró a Efe que aunque la historia está ambientada en Argentina, el tema central, "la pérdida de fe y confianza en las instituciones", es algo que afecta ahora a todo el planeta debido a la crisis.
El rodaje del filme en la ciudad de Villa Mercedes, en la provincia de San Luis, "es como la realización de un sueño, luego de seis años de trabajo", apuntó Bove en referencia a su regreso al país luego de trabajar "muchos años" en el exterior.
El protagonista de "Verano amargo" es el argentino Federico Luppi, de 73 años, premiado en 1997 con la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián, a quien la trama del filme le toca "muy de cerca" ya que fue uno de los que decidió exiliarse en España a causa del "corralito" financiero.
Luppi se sintió atraído por este trabajo porque supone para él "una experiencia diferente" sobre una realidad "que tiene características testimoniales muy importantes para todos los argentinos"
El actor cree que en este momento los rasgos del "corralito" financiero argentino "se están convirtiendo en universales".
A pesar de su dilatada experiencia en cine, el actor confiesa que ante un rodaje siempre hay una "presión constante de que eso que hacemos sea bueno, que tenga una perfecta terminación y que, en definitiva, termine gustando al público".
La película cuenta también entre su elenco con una destacada participación española, con la actuación de la actriz María Fernández y del bailaor Rafael Amargo.
Fuente: Yahoo
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