En unas horas se hará público el cartel del Festival de Cine Europeo de Sevilla que se ha encargado de realizar el cineasta Bigas Luna.
Se prevé controversia en el contenido de tal cartel por lo intrínsecamente polémico del director catalán. Y es que eso de contratar a artistas provocadores para dar la nota (o sea, llamar la atención de la opinión pública) y no por el valor artístico del sujeto en cuestión se ha convertido en una especie de deporte en este país que es España. Las supuestas buenas intenciones dirigidas hacia la innovación suelen resultar en desastre por la abominación que suponen para el pueblo llano. Les expongo brevemente un par de sonados ejemplos:
El bailaor Rafael Amargo llegó a dejar este país por una temporada tras la que se montó por su espectáculo para el carnaval de Tenerife. Recuerden, un desatado petardeo (¿no es eso el carnaval?) capitaneado por la inefable Belén Esteban (los de allende los mares que tiren de google o youtube para alucinar en colores).
Por otro lado el director de cine Juanma Bajo Ulloa montó hace más años todavía un terremoto que aún se recuerda por tierras granadinas. Su presentación para el festival del cómic que se celebra anualmente en aquella bella ciudad consistió en unos tipos disfrazados de talibanes que simulaban el secuestro del teatro en cuestión para continuar con una felación y la realización de un coito en vivo. Imagínense el rostro de espanto de las altas autoridades allí reunidas para tan magno evento.
A la espera de comprobar si todo queda en aguas de borraja les dejo con el cartel de la Bienal de Flamenco que actualmente se celebra en la capital hispalense. Bello y arriesgado habrá levantado igualmente las voces del respetable (es un decir lo de respetable).
Fuente: Extracine
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