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lunes, 4 de agosto de 2008

Austin Powers 4 se está cociendo

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Sé que puedo perder todo tipo de credibilidad cinematográfica por lo que voy a decir, pero me declaro un fan irredento de la saga de Austin Powers. Sí, fans. En plural. Reconozco que son películas de una calidad cuanto menos cuestionable, pero a mí me hacen reír una y otra vez. No sufren por desgaste.

La primera de ellas era una parodia burda, soez y pasada de rosca del mito Bond, y en general de todo el género de espionaje, con un héroe asqueroso, un villano bastante estúpido y algunos momentos absolutamente tronchantes, desde en intento de muerte por tiburones con láser en la cabeza a la terapia de grupo padres-hijos del Dr.Maligno con Scott, pasando por la muerte de los esbirros malignos.

La segunda era ya un desfase. Apoyados, en España por lo menos, en un doblaje antológico, hijo directo de la época televisiva en el momento de su estreno, ese descaro se llevaba al extremo, reconociendo incluso antecedentes directos en el género de parodia, como el Flint de James Coburn. La fórmula de la primera se repite, y como reza en el esquema básico de continuación norteamericana, todo es lo mismo pero en más cantidad y más grande. Más villanos, más estúpidos todos ellos (por dios, entre mini-yo y el gordo cabrón no sé decidirme), un héroe más asqueroso y muchos chistes de la primera llevados más allá del límite de lo políticamente correcto (mira, en el cielo, es una min…. ¡minga! ¡qué miras por la ventana!). Si bien la primera funcionaba con más peso, siempre teniendo en cuenta de qué estamos hablando, la segunda es mi favorita, porque es, como decimos aquí, bajuna, cutre y con mucho desparpajo. Por dios, dadle al enlace. Ah, y obtuvo una nominación al Oscar, sí, a mejor maquillaje.

La tercera ya baja en su ritmo, aunque, sorprendentemente, en compensación sube en desarrollo de personajes, si se le puede llamar así, con la ascensión al mal de Scott Maligno y la presencia del padre de Austin. Y con un prólogo y un epílogo superiores.

Es ahora cuando nos enteramos que el propio Mike Myers lleva tiempo desarrollando el guión de una cuarta parte, centrada exclusivamente en el Dr. Maligno y su hijo Scott, tomando parte de la propia relación de Myers con su padre como base. Aunque al final eso y el resultado se parezcan lo que una tostadora a una silla, que principalmente a mí me importa un pepino. Uno gordo.

VIDE-O-RAMA: El rap de mini-yo. Pocas veces me he reído tanto en el cine. Y me lo sé de memoria, no me pongan a prueba:


Fuente: Extracine

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