El director Nicolas Klotz y la guionista Elisabeth Perceval hablan de su film
El director francés Nicolas Klotz y su guionista (y esposa) Elisabeth Perceval estuvieron en abril último en la Argentina para acompañar la presentación de sus películas en el Bafici. La filmografía del matrimonio no es demasiado vasta, pero sí muy prestigiosa e influyente tanto en términos artísticos como sociopolíticos a partir de la denominada "Trilogía de los tiempos modernos", que integran Paria (2000), La herida (2005) y La cuestión humana (2007).Si en sus dos primeros films, Klotz y Perceval trabajaron con una veta más documentalista sobre temas candentes como las problemáticas de gente de la calle o de la inmigración, en La cuestión humana -que mañana se estrenará en nuestro país- se basaron en una controvertida novela de François Emmanuel para narrar las desventuras de un ejecutivo del área de recursos humanos (Mathieu Amalric) que se sumerge en el submundo despiadado de una poderosa corporación petroquímica con vinculaciones con el nazismo.
Intelectuales combativos y preocupados por las contradicciones y los abusos del capitalismo salvaje y la precaria situación de los excluidos en una sociedad que ellos describen como "deshumanizada", Klotz y Perceval han construido una obra reconocida en los principales festivales del mundo. Durante su reciente estada porteña, la dupla explicó su riguroso método de trabajo. "Nuestra forma de trabajo -dice Perceval- se basa en la discusión y el intercambio de ideas. Charlamos mucho antes y después de escribir el guión. También hablamos sobre aspectos concretos del rodaje: la luz, los decorados, el vestuario. El montaje es el momento de leer el film. Tenemos discusiones filosóficas y políticas para luego hacer una relectura. Apelamos a métodos distintos de acuerdo con la película, pero sentimos que siempre hay un doble trayecto: nosotros nos acercamos a los personajes y ellos a nosotros. Apuntamos a describir parte de la historia menos conocida de Francia, la de la gente de extrema pobreza y la de los grupos de poder que dominan y manipulan."
Consultados sobre los principales objetivos de su búsqueda artística, los realizadores indicaron: "El cine que hacemos se nutre de nuestra sensibilidad, de lo que nos toca, del mundo de hoy y también del pasado. Paria , por ejemplo, tiene como origen un viejo hospital psiquiátrico al que luego iban los indigentes a recibir asistencia de un programa diseñado para contener a los marginados. Todos los franceses se acostumbraron a que esta gente, desempleados e inmigrantes, muriera de frío, desapareciera de la manera más cruel, inhumana y anónima. Un sistema moderno y rico que enmascara la realidad, que reduce al ser humano a cifras, flujos y cuotas. El cine tiene como misión hacer visible lo que la política, la burocracia y el poder policial intentan hacer desaparecer. Hay que restituir la realidad".
Fuente: La Nacion
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